Derecho a no nacer desangrad@
¿Cómo te sentirías si alguien te hiciese un corte y te robase un tercio de tu sangre?
Creo que cuesta mucho ponerse mentalmente en esta situación. Pero si haces el intento es posible que te venga la sensación de cansancio, de estar con menos fuerzas y seguro que no de muy buen rollo con la persona causante del robo.
Esto que suena como una atrocidad es lo que estamos haciendo diariamente a nuestros bebés cuando nacen, cuando les cortamos o pinzamos el cordón umbilical antes de que deje de latir.
El bebé mientras está en el útero recibe el oxígeno y los nutrientes que necesita para crecer y desarrollarse a través del cordón umbilical.
La sangre del bebé llega a la placenta donde es filtrada y enriquecida con los nutrientes que provienen de la sangre materna para volver nuevamente al bebé.
La sangre del bebé y la sangre de la madre nunca se mezclan.
Por el cordón umbilical viaja únicamente sangre del bebé en dos circuitos:
- 2 venas desde el bebé a la placenta para llevar la sangre “sucia” para ser filtrada y eliminado el CO2
- 1 arteria de regreso desde la placenta al bebé con sangre “limpia” y llena de oxígeno y nutrientes para el metabolismo del bebé.
Bien, pues si tenemos claro que placenta, cordón y sangre pertenecen al bebé, que son importantes y que cumplen funciones vitales…
No logro entender cómo a día de hoy, con la evidencia científica sobre la mesa, se sigue cortando el cordón a los bebés antes de tiempo y dejándoles sin parte de su sangre.
¿Cómo es posible que semejante agresión se realice diariamente sin ningún tipo de consideración?
Están robando a los bebés su sangre. Los bebés están naciendo con hipovolemia (menos sangre en el cuerpo de la normal). Nuestros bebés están naciendo desangrados y parece que no pasa nada.
Pues lo cierto es que si que pasa.
Nacer con menos sangre tiene consecuencias para el bebé:
- Posible anemia que puede afectar al correcto desarrollo neurológico del bebé (que arrastrará durante bastante tiempo)
- Carencia de las células madre e inmunológicas para el resto de su vida
- Menor irrigación de los distintos sistemas (digestivo, respiratorio….) y por tanto peor adaptación al nuevo medio.
- Mayor diestrés (dificultad) respiratorio y síndrome del pulmón húmedo (el líquido que hay en el pulmón del bebé en el útero sale gracias a las presiones del parto y a la sangre de la placenta)
- Bebé más aletargado lo que dificulta el inicio de la lactancia materna, la ganancia de peso y la vinculación inicial.
- En el caso de un bebé prematuro, la sangre del cordón umbilical puede suponer el 50% de su volumen sanguíneo total. Que esa sangre vuelva a su cuerpo puede ser la diferencia entre vivir y morir.
Que no es poca cosa, no es un capricho, no es una moda, ni es opcional coño!! Y aún por encima tener que escuchar a profesionales sanitarios defendiendo esta práctica, alegando que si pasa tanta sangre al bebé este puede sufrir ictericia (color amarillento por exceso de bilirrubina)…
¿En serio?
¡Actualícense ya! Esto es un mito del pasado. La evidencia científica demuestra justamente lo contrario, el corte fisiológico del cordón protege al bebé de esto.
¿Realmente podemos seguir permitiendo que esto suceda de forma rutinaria y por protocolo?
¿O debemos luchar por los derechos de nuestros hijos para que no tengan que empezar sus vidas a trompicones?
No se puede permitir semejante violación de los derechos del bebé. El corte fisiológico del cordón debe ser una realidad.
¿Y cómo sabemos que toda la sangre ha vuelto al bebé para poder cortarlo? (si es que así lo deseas, aunque no sería necesario). Cuando deja de latir, se vuelve blanquecino y colapsa. Y esto no sucede en un minuto ni en dos, sucede cuando el cordón está: SIN LATIDO, BLANCO y COLAPSADO, no antes.
Madres, no cedáis ante esto, os toca defender a vuestra cría de las agresiones de este mundo hostil. Dejad esto reflejado en vuestro plan de parto y si llegado el día éste no se respeta tomad las medidas oportunas para que tal agresión a los bebés deje de repetirse día tras día.
Tenemos que seguir luchando hasta que aumente la consciencia de la sociedad en general y del personal sanitario en particular. Fomentemos el respeto a los bebés y que este tipo de prácticas rutinarias se vean como lo que son: una atrocidad del pasado.
Ojalá nuestros hijos e hijas puedan ver una forma distinta de nacer, más humanizada, donde los bebés y las mamás sean respetados y cuidados como se merecen en un momento tan sagrado y trascendental en sus vidas.